La acción de la plata es específica a ciertas estructuras celulares. Cualquier célula que no posee una pared químicamente resistente se ve afectada por la acción de la plata, incluso las bacterias y otros organismos sin paredes celulares, como por ejemplo, los virus extracelulares. Puesto que las células de los mamíferos tienen un recubrimiento completamente diferente en sus células, la plata no tiene efecto alguno sobre ellas. Al contrario de los antibióticos convencionales (a los cuales la mayoría de los gérmenes se han vuelto resistentes), los patógenos no pueden desarrollar tolerancia a la plata coloidal mediante mutaciones.
Además, dentro del cuerpo humano la plata coloidal no forma compuestos tóxicos ni reacciona con otra cosa que no sea la enzima metabolizadora de oxígeno de un germen unicelular. Por tanto, no puede causar rechazos o alergias de ningún tipo.
La plata coloidal no interacciona con ningún medicamento y su toxicidad para humanos es prácticamente nula. Dos cucharaditas por día contienen menos plata que el límite admisible estipulado por la Organización Mundial de la Salud.
La plata se excreta fácilmente del cuerpo, principalmente a través de la orina. De acuerdo a la literatura médica, no se conocen efectos secundarios por el uso de la plata coloidal, nunca se han descrito casos de interacción con otras drogas, no produce adicción, no genera intolerancia, es inodora, no es tóxica, es segura en embarazo y lactancia, no afecta los ojos y no se deposita bajo la piel como otros compuestos de plata que causan manchas.